La economía China se mantiene como una de las más fuertes del mundo.
En lo que va del año, ha registrado una tasa de crecimiento que superó las expectativas.
Pero mientras el país lidia con un aumento significativo de covid-19 y pone en confinamiento docenas de ciudades, los próximos meses pueden plantear más desafíos, especialmente para las cadenas de suministro e importadores.
Los analistas advierten que estos desafíos se harán sentir en la economía china, ya ha comenzado con el cierre de fábricas, la falta de mano de obra, la falta de suministros, la acumulación de contenedores en los puertos amenazando la economía y las cadenas de suministros.
“Debemos ser conscientes de que el clima interno e internacional se está haciendo cada vez más incierto, y que el desarrollo económico encara desafíos significativos”, declaró el portavoz de la ONE, Fu Linghui.
Por su parte, el primer ministro, Li Keqiang, expresaba un “sentimiento de urgencia” sobre la necesidad de tomar medidas de apoyo a la economía china frente a las incertidumbres en aumento.
Pero los esfuerzos de Beijing para frenar su peor brote de covid-19 en dos años han impactado significativamente a la económica desde marzo, incluyendo en el centro financiero y de fabricación del país: Shanghái, lo cual perjudica a las compras en China, a sus mercados, las exportaciones e importaciones.
Muchas empresas se han visto obligadas a suspender algunas operaciones, incluidos los fabricantes de automóviles Volkswagen y Tesla y el ensamblador de iPhone Pegatron.
La economía de China creció un 8,1 % en 2021, superando los objetivos del propio gobierno. Pero el ritmo de expansión se desaceleró bruscamente en los últimos meses del año. El gobierno ha fijado su objetivo de crecimiento para 2022 en torno al 5,5%, el más bajo en tres décadas.